Dia de Sant Jordi. Las 9 de la mañana. Iniciamos el ritual de cada año. Recibo el correspondiente libro, previa entrega de la correspondiente rosa. Esta vez mi mujer ha sabido guardar el secreto. Estoy impaciente. No dispongo de la más mínima pista para averiguar el contenido del envoltorio, y cuando procedo a descubrirlo, ¡sorpresa!»lo tengo repe». Las Flores del Mal, de Charles Baudelaire, mago de las letras francesas y rapsoda inigualable, pero repetido- en otra ocasión, no descarto publicar una entrada para comentaros este cuaderno de poesías, sin duda alguna, de los más bellos-. Así que aprovechando un rato libre, me dirigí a la libreria dónde se había adquirido el libro en cuestión. Estuve ojeando en diversas secciones, y me detuve -con la calma necesaria- en la sección de arquitectura. Sin darme apenas cuenta hubieron pasado unos buenos cuarenta minutos, cuando en lo más alto de la estanteria, divisé -gracias a Santa Lucía, que sigue conservándome la vista- un diminuto y delgado libreto, dónde con cierto esfuerzo atisbé a leer el título en el lomo. TADAO ANDO Conversaciones con Michael Auping. Me acerqué a la señorita de detrás del mostrador para pedírselo. Ella, muy amable, cogió una escalera de pié -no muy estable, por cierto-, y con habilidad circense me lo entregó. Como siempre suelo hacer, leí la contraportada dónde sus escritos te permiten hacerte una idea de lo que contiene su interior. Lo compré sin dudarlo un instante. Ya con el objetivo cumplido del cambio del libro «repe», esperé el final del día, para, relajado, leermelo, prácticamente de tirón.
 
Anteriormente publiqué, ya, una entrada en mi blog, referente a la obra del arquitecto japonés. Aunque ésta fue muy breve, desvelaba los interrogantes que me suscitaba la obra y la forma de construir de Ando. Este libro reúne siete entrevistas realizadas a Tadao Ando, desde mayo del 1998 hasta abril del 2002. En ellas se puede descubrir el pensamiento y la filosofía del arquitecto nipón, abordando temas como su infancia, la arquitectura tradicional japonesa, influencias de la arquitectura occidental, y demás temas interesantísimos.
 
Me he propuesto transcribir, literalmente, frases del libro, a fin de haceros partícipes de la obra de Ando.
 
 
 
13 de mayo de 1998.
 
 
«La arquitectura siempre ha tenido relación con los límites; construir límites para la protección y luego abrirlos al movimiento».
 
 
«Empecé como artesano y constructor, trabajando con las manos, algo que todavía echo de menos. Trabajar con las manos y los músculos es importante. Es muy importante entender la escala, el peso y la voz de los materiales. No quiero proyectar cosas que no sean prácticas, que un ser humano no pueda construir. Trabajar con las manos te enseña conceptos muy básicos de belleza. Por ejemplo, me gusta el hormigón porque está hecho a mano, comparado con otros sistemas constructivos modernos».
 
 
«Para crear una forma arquitectónica, algo que no pùeda parecer familiar, tienes que dar un paso más hacia lo desconocido».
 
 
«Hay muchos buenos edificios equilibrados, pero no necesariamente significa que sean edificios creativos. Son edificios sin problemas, pero también sin interrogantes. Para hacer arquitectura creativa hay que dar un paso más, y entonces esto implica plantear problemas y también algunas preguntas importantes».
 
 
«Acumular información y pensar son dos cosas muy distintas. Enseñar arquitectura a los estudiantes es hacerles ver que la arquitectura es interesante e incluso divertida y que el conocimiento no hace un buen arquitecto».
 
30 de noviembre de 1998.
 
 
«Hay grandes variaciones de color del blanco al gris y del gris al negro. El hormigón puede ser muy rico cromaticamente. Yo veo el color más en función de profundidad que de superficie. Las gradaciones de color crean una sensación de profundidad».
 
 
«Me encuentro entre los arquitectos que utilizan el hormigón por la libertad que permite. Me gusta el hormigón porque puedo inventar formas que permitan crear nuevos tipos de espacios».
 
 
 
10 de octubre de 1999.
 
 
 
«La arquitectura tradicional japonesa ha tenido una gran influencia sobre mi obra. Me ha enseñado, sobre todo, que las expresiones universales aspiran a la sencillez».
 
 
«Creo que las ciudades de hoy son mucho más complejas y densas y que hay una necesidad real de crear espacios que sugieran soledad y libertad espiritual. Creo que eso se logra mediante el orden y la sencillez y no mediante ornamentos sucesivos. Tiene que ser una calidad que la gente perciba inconscientemente, una sensación de conciencia y contemplación. Si ofrecemos la esencia del espacio y la forma, el individuo la completará con su imaginación».
 
 
«El cuadrado es la forma geométrica más fundamental».
 
 
«Creo que la luz natural es el alma de un espacio, como el aliento lo es para el cuerpo. Los seres humanos necesitan luz. Es extremadamente importante para nuestra existencia».
 
 
 
8 de abril del 2000.
 
 
«Somos capaces de ver la luz gracias a la oscuridad. En mi casa de Osaka entrabas a través de un espacio oscuro y a medida que avanzabas, diversos huecos limitados permitían el paso de la luz. Gracias a la oscuridad, sentías la fuerte presencia de la luz. Si observamos una casa tradicional japonesa, podemos ver esa dificultad que tiene la luz para entrar directamente en las habitaciones interiores, a causa de los aleros y del espacio tradicional engawa que rodea el edificio. El interior siempre está iluminado por una luz indirecta reflejada desde el engawa y el jardín. En general, el interior de la casa japonesa es relativamente oscuro. Cuando te sientas en una sala oscura y miras al jardín iluminado naturalmente, puedes empezar a sentir la relación fundamental entre luz y oscuridad, la razón por la que se necesitan una a la otra para expresarse».
 
 
«Aprecio que se hable de la luz al comentar mis edificios, pero creo que también es importante mirar las sombras. Las sombras y la oscuridad contribuyen a la serenidad y a la calma. En mi opinión, la oscuridad crea la oportunidad de pensar y contemplar».
 
 
«Mi objetivo primordial como arquitecto ha sido ofrecer a la gente una situación arquitectonica que alimentara el espíritu. Esto, naturalmente, es muy importante a la hora de construir una casa. La casa protege el cuerpo, que a su vez contiene el espiritu. Por tanto, la casa debe sentirse como una morada segura que reconforta el cuerpo y el espiritu».
 
 
«En general, aprecio la dureza, la fuerza y la agudeza geométrica del hormigón, pero esto no funciona siempre con cualquier tipo de espacio, y la percepción de esa cualidad puede cambiar con el uso de la luz natural. Ningún material funciona exclusivamente por sí solo. Siempre se ve afectado por el contexto de otros materiales y condiciones naturales».
 
 
18 de septiembre de 2000.
 
«Podríamos decir que el 90% es escultura y el 10% arquitectura» (opinión respecto al Museo Guggenheim).
 
 
Estas son, en resumen, las opiones y pensamientos de Tadao Ando que he creido más interesantes. Es evidente que existen muchas más en este y otros libros, que, posiblemente, en posteriores entradas me atreva a comentar. También he considerado más correcto no hacer ningún comentario personal a las frases del arquitecto, ya que creo que son muy claras y concisas.
Con este libro doy por resueltas algunas dudas sobre la utilización del hormigón armado en viviendas, tal y como expresé en la entrada anterior en este mismo blog referente al arquitecto japonés.
@